Este post viene cargadito ¡No os quejaréis!
Hoy ha sido (y sigue siéndolo) un perfecto día otoñal.
Día gris, muy gris, lluvioso con moderación, y un fresquete de los de “llévate una rebequita… o dos”, tal vez demasiado “fresquete” para un 27 de septiembre valenciano. El día (y la noche) ideal para acomodarse junto a una ventana y dejar que pasen las horas sin más.
Antes de entrar en materia anuncio que inaguro una nueva sección: natalicios crochetnautas. Suena un poco marciano pero os aseguro que no hay nada más terrestre que un bebé recién nacido 
” Angie, LeMonde de Sucrette, ha sido madre de su tercer hijo. Un precioso niño, Joseph. Desde aquí felicito a los orgullosos papás y a sus dos hermanitas y le deseo a Joseph una buena y feliz vida. Enhorabuena.”
Ahora sí. Empezamos.
Tutorial Puffy Daisy de Eclectic Gipsyland. En francés, en inglés y… con fotos! Facilísimas y adictivas. Cuidadín
Estas flores van a tener uno de los mejores destinos imaginables. En cuanto les ponga un tallo (se admiten sugerencias) las entrego.
Seguimos con mi nuevo descubrimiento: el bloqueo. Pese a que mi método es poco convencional (no os podéis imaginar lo que supone tejer con la tabla de bloqueo apoyada en las piernas; alguna punta de aguja se ha escapado del corcho y llevo heridas de guerra en mis muslos), la impaciencia y el tamaño de la tabla – modelo portatil- no me dejan otra opción que ir bloqueando a cachitos.
Es increible cómo de este batiburrillo de mini grannies, con estiramientos y un buen remojón, sale ésto:
Aquí el antes y el después
¡Magia!
30cm que se convierten en 35 y se ven los grannies
Ya sé que todo parecido con las preciosidades de Sophie Digard es pura coincidencia pero seguiré intentándolo.
A continuación Ripple Scarf. Está terminada. No ha sido necesario tejer tanto como yo creía. Dos vueltas son suficientes.
He de perfeccionar el método de sujeción, sigo con mis palillos chinos, pero es que no tenía otra cosa.
Para completar el conjunto, estoy tejiendo unos mitones.
Con ellos el asunto del bloqueo no sé si funcionará. Para centrar el motivo de ondas necesito un número exacto de puntos. Si quito puntos no entra mi mano y si lo bloqueo, más que un mitón parecerá un guante de boxeador. Lo bloquearé solo a “lo largo”.
El Wingspan está descansando. He llegado hasta aquí
El tuneo no acaba de convencerme. Lo he tejido con menos puntos con la intención de que sea una bufanda cuello, pero creo que este modelo no admite mis cambios. Al envolverlo alrededor del cuello pierde toda la forma. En las pasadas de cierre fui menguando puntos hasta que quedó acoplado pero parecía una capa-poncho, una de esas que tienes que terminar cómo sea porque te has quedado sin lana y os aseguro que por falta de lana no será. No me gustaría tener que deshacerlo, así que, por el momento, lo dejo reposar en espera de una solución menos drástica.
Bufandas que son más bien collares.
Aquí el prototipo.
Collares-bufanda, de los que se tejen en un ratito.
Cadenetas y cadenetas hasta que te canses, una flor o un abalorio para que no parezca que te has puesto en el cuello una maroma de barco y listo.
Sigo con los bolsos. Hoy mismo ha salido uno rumbo a Madrid. En cuanto me avisen de su llegada pondré fotos.
¡Ay qué cansada estoy!
Por hoy ya es suficiente. Mañana… más
